Queratosis pilar (QP) "Piel de Gallina en los brazos". ¿Qué son y como tratarlos?

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Dra. Fátima Agüero

Dra. Fátima Agüero

Médica Dermatóloga. Prof. Asistente - Catedra de Dermatología - Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de Asunción. Becaria de Perfeccionamiento en Dermatología estética y laser, Hospital Italiano de Buenos Aires - Argentina. Directora Médica de Dermalaser Paraguay. Past President Sociedad Paraguaya de Restauración Capilar. Presidenta de la Sociedad Paraguaya de Dermatología. Secretaria de Comunicación. RADLA 2021. Miembro de la Academia Americana de Dermatología, del Colegio Ibero latinoamericano de Dermatología, entre otras Sociedades Científicas de prestigio.

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Llamamos queratosis pilar (QP) o hiperqueratosis folicular a la presencia de lesiones tipo “granitos” a veces color piel otras de un color mas rojizo, ásperas y secas al tacto que se suelen observar en la parte externa de los brazos, muslo anterior o posterior y con menos frecuencia en tronco o mejillas, siendo esto último más observado en niños pequeños.

 La QP se debe a que la queratina, que es una proteína constituyente de la piel normal, se queda retenida en la superficie de la piel formando una especie de tapón en el ostium folicular (orificio de salida del pelo o vello corporal), este tapón por lo general es de color piel normal, pero si llega a inflamarse, se observa como “granitos” rojos pudiendo incluso confundirlo con acné. Si lo traumatizamos e irritamos con el rascado o forzando la exfoliación de estos tapones, pueden quedar cicatrices o manchas de color rojizo o más oscuras según el daño causado y el color de piel de quien la padece.

La causa de su aparición no es del todo conocida, pero la genética  juega un papel importante ya que es muy frecuente su presencia en padres e hijos, también se lo relaciona con individuos o familiares de personas con asma, alergias, dermatitis atópica o pieles muy secas y otras enfermedades genéticas de la piel, con deficiencias de algunas vitaminas como la vitamina A y ciertos ácidos grasos esenciales (por eso muchas veces se lo relacionó con enfermedad celiaca: aún no está comprobada científicamente esta relación, pero es posible que en estas personas pueda haber deficiencia de estos nutrientes por su absorción alterada o que un estado inflamatorio intestinal favorezca su aparición o exacerbación).

Se trata de una afección asintomática pero que estéticamente puede molestar bastante a quien lo padece, mejora por lo general con la edad, en los meses de verano, con el uso de ropa más suelta y de exposición al sol y empeora en los meses de invierno, con los baños prolongados con agua más caliente y el uso de ropas sintéticas o ajustadas que aumentan la fricción en la zona, así como también con el uso de jabones y exfoliantes agresivos que resecan y lastiman la piel.

El diagnóstico por lo general es bastante obvio y no requiere de estudios adicionales más que el examen físico, y si bien no tiene “cura” ya que no se trata de una enfermedad propiamente dicha sino de un tipo de piel,  existen varias conductas que pueden mejorarla:

• NO TRAUMATIZAR: evitar la fricción, la frotación, exfoliación agresiva con esponjas, agentes abrasivos o el rascado en la zona ya que producirá heridas, lesiones en la piel, irritación e inflamación que sólo empeorará el cuadro o dejará cicatrices en la zona. Evita también baños largos con agua muy caliente y la fricción excesiva durante el secado con la toalla.

• HIDRATACIÓN: emplear siempre sustitutos del jabón que sean de pH ácido, libres de detergentes agresivos para el manto lipídico que cubre y protege nuestra piel, y aplicar diariamente cremas hidratantes y emolientes, las cuales pueden estar enriquecidas con vitaminas o ácidos grasos.

•  CREMAS MEDICADAS: cremas con retinoides, alfahidroxiácidos, ácido láctico, ácido salicílico o urea ayudan a descamar correctamente la piel, remover los tapones de queratina y las células muertas, además humectan y suavizan la piel seca. Muchos de estos principios activos a  concentraciones bajas son encontrados en productos de venta libre y son bien tolerados, mientras que otros con principios activos más concentrados o más irritantes pueden causar algo de enrojecimiento y ardor o están contraindicados en embarazo, lactancia o en niños pequeños por lo que siempre es recomendable usarlos bajo supervisión médica.

• TRATAMIENTOS OPCIONALES: en ciertos casos el dermatólogo podría indicar la ingesta de medicamentos como derivados de la vitamina A o la realización de peelings químicos a base de retinol o ácido glicólico, sesiones de depilación laser (el eliminar los pelitos que emergen de los folículos pilosos puede evitar la inflamación), de Luz Pulsada Intensa (algunas longitudes de onda utilizadas con luz pulsada intensa tiene efecto antiinflamatorio  y pueden mejorar la calidad y descamación normal de la piel) o de  laser Erbium (además de corregir el taponamiento y mejorar la calidad de la piel, puede permitir la mejor absorción de sustancias desde la superficie) para obtener mejores resultados en algunos pacientes.

El tratamiento por lo general mejora el aspecto de la piel pero siempre será necesario algún esquema de mantenimiento para mantener los resultados. Para elegir el tratamiento más efectivo y el mantenimiento correcto, te recomiendo consultar con un dermatólogo certificado, que es el médico especialista en el cuidado de la piel.